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viernes, 5 de diciembre de 2014

"Elogio y Autoestima"

"Uno puede defenderse de los ataques, contra el elogio se está indefenso.".-Sigmund Freud





"Es imposible la salud psicológica, a no ser que lo esencial de la persona sea fundamentalmente aceptado, amado y respetado por otros y por ella misma." (A.Maslow)


La autoestima camina de la mano de la humildad hacia el sano amor a uno mismo. Psíquicamente hablando, la autoestima es tan antigua como el ser humano, pero hasta bien entrado el S.XIX no se reconoce ese desdoblamiento del Yo-Global en un Yo-Conocedor y un Yo-Conocido y desde esta consciencia en mayor o menor grado nace nuestra autoestima.

La autoestima como elemento evaluativo de nosotros mismos se configura de actitudes, suma de percepciones, sentimientos, pensamientos y evaluaciones orientadas hacia nosotros mismos; por tanto, estas actitudes influyen directamente en nuestra forma de pensar, sentir, decidir y actuar, como reflejo de nuestra manera de ser y de nuestra valía personal.

Una autoestima positiva y eficiente se puede desarrollar, aunque lo realmente importante es hacerlo desde un realismo que nos permita descubrir y desarrollar nuestros recursos personales en cuanto a cualidades, habilidades y talentos para su correcta utilización. No obstante, el reconocer nuestras limitaciones, nos permite un autoconocimiento más sensato y sano, que nos facilita, tanto escapar de la inseguridad y la desconfianza, como afrontar los inconvenientes que nos presenta nuestra vida cotidiana. Desde el autoconocimiento es factible emprender proyectos accesibles a nuestras posibilidades, y no por ello, exentos de interés.

Desde la autoestima, emprendemos el viaje hacia la aceptación, la atención, la autoconsciencia. el afecto, la apertura, el aprecio, llegando a la afirmación de uno mismo como ser humano en relación con los demás, como totalidad individual y social, abierta al otro desde la aceptación y el reconocimiento de la interdependencia humana.


"Conozco una sola definición de la felicidad: Ser un buen amigo de sí mismo" (P.Solignac)